Blogia
BARDA

Cuento

Cuento

DOS TIAS

Eran las diez de la mañana, aún estaba fresco, deseaba que llegara la primavera. El calor de la estufa hacía que los vidrios de la ventana se empañaran. Mientras esperaba que el sol del mediodía calentara el fondo; tomaba el café a sorbitos pequeños, como era su costumbre. Hoy la consulta empezaba tarde, dos pacientes cancelaron las citas. Podría estar mas rato al sol en compañía de sus tías....

Ellas habían quedado solteronas, como única sobrina quedó con ellas a su cargo y prometió no dejarlas solas. Su esposo nunca estuvo de acuerdo con traerlas, tuvo que ir sola por ellas, pero su palabra era su palabra.

Renzzo siempre le dijo que era una “rara” .

Por el fondo se paseaba Bartolomeo, su querido pato blanco ya viejo.

Fue regalo de Renzzo para un cumpleaños, después de pedírselo mucho.¡ Era tan lindo! Nunca quiso perro o gato como todo el mundo. Ella quería un pato.  Le mando hacer un anillo.¿ Porque no podía tener anillo como las palomas mensajeras? Esa si!!! que fue una discusión.

¡Y si que lo tuvo!. Un hermoso anillo labrado en plata, costo varias peleas por la inutilidad que representó para su marido la compra. No entendió que su pato mereciera un trato especial, menos que precisara un anillo de paloma mensajera. La verdad es que Renzzon no entendía mucho de su interior y sentimientos.  Mirenchu ganaba casi siempre aquellos pleitos caseros con dulzura.

El sol comenzaba a calentar, y ella se sentía viva, ansiosa por sacar a las tías a tomar sol. Calzó sus zapatillas, el césped podía tener aún algo de humedad. Le dio comida Bartolomeo y metió el pie derecho en unos de los huecos que preparo el año pasado para el curso de comida aborigen australiana.

Aparto las piedras que se usaba para cocinar en la tierra con el calor del sol. Fue un curso de tres años bastante batallados con Renzzo. Durante meses discutieron por la inutilidad del curso,  dejaba el fondo con piedras que terminaban rompiendo las maquinas de cortar césped del jardinero. Secretamente le dio la razón en algo, nunca logró cocinar nada,  la temperatura nunca se acercaba ni en verano, a las altas que se dan en el desierto australiano. Gracias a dios su sangre vasca se interpuso ante las dificultades y las peroratas de su esposo, y termino el curso.

El fondo había quedado como campo minado, intentó tapar los huecos pero alguno se había escapado, lo taparía, al caer la tarde.

Se acordó cuando vino su amiga Felicia a tomar el te, mirando el fondo, le dijo:

-         Mirenchu ,¿ tenes topos en el fondo.?

A su paso hacia aquel galpón con sótano, en el guardaban todo lo no se usaba, Bartolomeo la saludo con su graznido de bienvenida, siguiéndola como si fuese su madre. Le lustro el anillo de plata con una franela  especial que dejaba a mano.

Se sintió culpable de no poder ganarle la batalla a su marido con respecto de sus tías. Las había ido a buscar a Paysandú. Ella les había dado un lugar en la casa, y como la mayor parte del tiempo lo pasaba en la consulta , las había llevado allí. Pero fue inflexible.

-         Sacás a tus viejas de la sala de espera, Mirenchu, la casa es grande.

Llego al galpón, el sol hacia despedir un olor fresco del musgo de su puerta. Puso la llave en el candado grande y descorrió la gruesa cadena oxidada. Renzzo siempre estaba por poner luz en el galpón pero lo olvidaba. La puerta al sótano estaba al lado de la entrada, de manera que se veía perfectamente por la luz del día. Tiro de la manija ,- le pondría aceite a esa puerta- y bajo con cuidado los tres escalones, que la separaban de sus tías. Mentalmente se pregunto si haberlas ido a rescatar del olvido y soledad para tenerla encerradas estaría bien.

Las condujo lentamente con cariño y cuidado hacia fuera. El césped estaba bien verde y Bartolomeo se paseaba elegante. El fondo era grande, con piscina, y un Kincho hermoso donde algunas noches hacían asado y se juntaban con amigos. Dos sombrillas con juegos de sillas en madera y lona blanca adornaban el costado de la alberca.

Un banco de plaza verde, y una hamaca de jardín debajo de un Jacarandá, y de frente un aljibe falso con azulejos  pais de calais, que brillaban como encerados.

Ese era el lugar preferido para sentarse con sus tías y darles un poco de trato humano y conversación. Las viejas siempre fueron sus preferidas después de su papá. A propósito de su padre en un mes estaría con ella., y sería una nueva discusión. Pero una compañía para las dos tías. Quizás convenciera a Renzzo de darles un lugar mas cerca de su consultorio.

Mecía la hamaca suavemente, entrecerró sus ojos , tenia hora y media antes de la consulta. Hora y media de luz solar para la tia Lidia y la tia Orlinda, una a cada lado de su cuerpo...

-    ¡Mirenchu, tenes cuatro pacientes esperando...!!La voz de Renzzo la despertó.

-         Bueno ya voy, si no protestaras , podría llevar a las tías a la consulta y así....

-         De ninguna manera, vos y tus cosas raras.

-         ¿Pero que tan de raro tiene.....

-         No discutamos, llegamos a un acuerdo ¿no? Ya bastante tengo con Bartolomeo que se cree perro cuando tenemos gente a comer. ¡ Los cráneos de tus tías se quedan en el galpón !

Autor: Mariela Rodríguez

Iustrado : Juan Sosa Di Cono.

5 comentarios

jorge -

El lado oscuro de la noche
Caminaba.
Viajaba al centro mismo de un prisma de magnolias.
En las arenas arrojadas al tiempo, ella, pantera salvaje,
era el absoluto movimiento del ser.
Le fascinan los olores del encanto.
Vientre danzando rubíes de frenesí.
Loca pantera llegó tu hora, beberás de la luna agitada,
el secreto de los amantes y recordarás lo extenso del viento.
Transportarás en tu piel, la furia eterna de la raza,
abiertas marcas de un nuevo nacimiento.
Eres la dorada pantera de la noche,
tu voz es el escándalo enloquecido del ruiseñor,
animal y mineral,
implacable goce de tu canto.
j v b

FER -

es un encanto de humor negro. Hubiese puesto el dibujo al final, ayuda a ir viendo el epílogo antes de tiempo. Un placer, una locura!!!

Fer

Rafa -

Muy bien desarrollado este, y con un final bien resuelto. Me ha gustado. Saludos.

Andrés -

Que tal Mariela, me invitaste hace unos días a tu blog, y he estado leyendo de a poco, personalmente me gustaron mucho los cuentos de las Dos tias y el del pueblo Andresito, tienen ese aire quiroguense que me encanta; en cuanto a los poemas creo no poder comprenderlos en su totalidad ya que nunca he vivido el amor..., pero ese es problema del lector no del autor!!, mucha suerte y saludos. Andrés

Luis Vea García -

Felicidades por tus nuevos éxitos literarios.